domingo, 25 de noviembre de 2012

RSC del Grupo Inditex


Además de una finalidad económica, las empresas también tienen una finalidad social, la cual viene definida por la Responsabilidad Social Corporativa. La RSC se puede definir como un conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto nacionales como internacionales, que se derivan de los impactos que la actividad de las organizaciones producen en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. En esta entrada conoceremos la RSC de uno de los principales distribuidores de moda del mundo: INDITEX

Inditex reúne a más de un centenar de sociedades vinculadas con las diferentes actividades que conforman el diseño, la fabricación y la distribución textil. Así pues, la Responsabilidad Cooperativa de Inditex se estructura en dos dimensiones: la social y la medioambiental. 

  
En lo referente a la dimensión social Inditex aplica códigos de conducta que, básicamente, afectan a: los empleados, Inditex no emplea a nadie que esté por debajo de la edad legal; ninguna persona empleada es discriminada por raza, discapacidad física, religión, edad, nacionalidad o sexo; se reconoce el derecho de sindicación, asociación y negociación colectiva; no se permite ninguna forma de acoso o abuso; el salario es acorde con la función desempeñada, respetando los convenios de cada sector; y los empleados desarrollan su trabajo en lugares seguros y saludables. Los clientes, Inditex se compromete a ofrecer a todos sus clientes un alto estándar de excelencia, calidad y seguridad en todos sus productos. Los accionistas, Inditex desarrollará su actividad de conformidad con el interés social, entendido como la viabilidad y la maximización del valor de la empresa a largo plazo en interés común de todos los accionistas. Los socios de negocio y los proveedores, están obligados a cumplir lo expuesto en los apartados de empleados y clientes antes mencionados. La sociedad, Inditex se compromete a colaborar con las comunidades locales, nacionales o internacionales en las que se desarrolla su negocio. 


En cuanto a la dimensión medioambiental Inditex está comprometido a: considerar la variable medioambiental en la planificación y desarrollo de las actividades y las de los socios de negocio, promoviendo la sensibilización medioambiental del personal, proveedores y de la sociedad en general; cumplir la legislación medioambiental aplicable a las actividades, así como otros compromisos que se puedan establecer, esforzándose por prevenir la contaminación y minimizar en lo posible el potencial impacto ambiental que genera; desarrollar un esfuerzo de mejora continua en el marco del Sistema de Gestión, que le permita mejorar su eficacia, y ser más eficientes en el consumo de recursos; garantizar la difusión de esta política entre todos sus empleados y la sociedad, estableciendo una política de comunicación fluida con las autoridades, comunidades locales y agentes interesados. 
En conclusión, son tres los principios que rigen el compromiso de Inditex: la buena fe en el establecimiento de relaciones con las partes interesadas y, en general, con la sociedad; el díalogo constante con los grupos de interés y las organizaciones sociales; y, finalmente, la transparencia en relación con las actividades empresariales y, más concretamente, con el desarrollo de la estrategia de sostenibilidad.


sábado, 10 de noviembre de 2012

El Gobierno estudia liberalizar el sector de las gasolineras.


La primera entrada de este blog será dedicada a un tema que, por el hecho de afectarnos a todos, adquiere gran importancia: el Gobierno estudia liberalizar el sector de las gasolineras con la intención de disminuir el precio de los carburantes. Además de que, según el Gobierno, las gasolineras tienen comisiones superiores a la media europea, la reciente subida del IVA ha provocado un impacto aún mayor en nuestros bolsillos. ¿Nos conviene realmente a los consumidores esta medida que planea el Gobierno? Pues cualquier cambio en el precio nos afecta, debido a que la gasolina y el gasoil, además de ser un gasto muy habitual, para muchos se aprecian como una necesidad porque lo utilizan para ir al trabajo diariamente.

Para empezar, el precio de la gasolina ha aumentado por el coste del petróleo y, como ya hemos dicho, por la subida de los impuestos. Los tres elementos que influyen en el precio de los carburantes son el coste del producto, los impuestos y los márgenes comerciales, el primero es similar a la media europea, el segundo es menor al resto del continente (aprox. 48% del precio final) y el tercero es mayor (por ejemplo el beneficio de un litro de gasolina es de 15 céntimos y el margen medio en Europa es de 13.3 céntimos). Dado que el Gobierno no puede influir sobre el precio de la materia prima y descarta una reducción de la fiscalidad para poder cumplir el objeto del déficit, planea limitar el beneficio de las empresas mediante medidas impositivas que repercutan en la empresa.

La Comisión Nacional de la Competencia ha señalado que los precios antes de impuestos son más altos que en otros países debido a la falta de nuevas estaciones, a las barreras existentes para que entren nuevos operadores y a la falta de competencia. Esto nos lleva a hablar de la competencia, que es la principal razón por la que el gobierno estudia liberalizar la implantación de gasolineras en autopistas, autovías y grandes superficies comerciales; por lo que revisará los contratos de abanderamiento de las estaciones de servicio con los distribuidores, es decir, las concesiones.

Las dos medidas que se plantea el gobierno, tocar el margen de beneficio de los operadores petroleros y la liberalización del sector ¿Realmente causarían un gran efecto en el precio de los combustibles?  Por un lado, no sabemos de cuánto podría ser la bajada el hecho de regular los márgenes de beneficio, pues el mercado podría ser menos eficiente, ya que no puede ser igual el precio de la gasolina en un pueblo por donde no pasa nadie que en una autopista; y por otro lado, la liberalización del sector, que supone un aumento de la competencia, sí es de gran importancia. La competencia es la clave, pues el 67% de las gasolineras se reparten entre Repsol, Cepsa y BP, quienes han alcanzado un equilibrio en los precios; así pues, los únicos que ocasionan competencia son los independientes. Si el Gobierno estudia los contratos de abanderamiento de las estaciones de servicio con los distribuidores con la intención de liberalizarlos y eliminar las barreras de entrada hay margen de actuación y competencia, ya que actualmente estos son a largo plazo y no permiten a una persona propietaria de una gasolinera, un minorista, cambiar fácilmente de servidor. Se trata de que los propietarios individuales tengan más poder que las grandes empresas y más fuerza de negociación.

Con todo esto, llegamos a la conclusión de que la mejor forma de abaratar el precio de los carburantes es que el Gobierno abra camino hacia la competitividad en este sector, impida las fusiones que disminuyan los competidores de forma que se revise la duración máxima de los contratos de abanderamiento, se analicen las barreras a la entrada de otros combustibles  y, por último, aunque con un menor efecto, se limiten las comisiones de las empresas.